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Mostrando las entradas etiquetadas como pseudociencia

Sociedad opulenta anti-GMO

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Tenía descuidado el blog debido al nuevo canal de YouTube que estoy tratando de impulsar (sin mucho éxito de momento). Hoy ha visitado la TV el centro de investigación del IPK en el que me encuentro, para escuchar de primera mano la opinión de los científicos acerca del debate en Alemania y la UE sobre los transgénicos. Esto me ha inspirado para el siguiente post. Que quede claro de antemano que es válido que cada individuo tenga sus preferencias y preocupaciones personales, pero también es fundamental que el debate sobre los transgénicos se base en la evidencia científica y se considere el contexto global de seguridad alimentaria y desarrollo agrícola. Dicho esto… Me encanta cómo la fisiopatóloga vegetal keniana Florence Wambugu resumió tan claramente en una entrevista lo que voy a exponer: “Me parece muy bien que en Europa discutan sobre OGM sí o no, pero ¿podemos comer primero?” La agricultura actualmente representa el 50 por ciento de toda la pérdida mundial de tierra vegeta

No es conspiración, es ecología

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  Creedme, no hay conspiración . Otra cosa es que la política actual, cada vez más polarizada y cuyos recitales recuerdan a regímenes que ya dejamos atrás, usen la pandemia actual como oportunidad de voto. Y ojalá que solo se quedara en eso, pues ya se asume que los políticos son como esos parásitos oportunistas que en cuanto hay una herida aprovechan para penetrar en ella y nutrirse y dejar sus huevos. Pero no, la actual epidemia está siendo una excusa perfecta para aprovechar el potencial de la tecnología y tenernos más controlados. Siempre lo hemos estado, pero ahora se disimula menos en nombre de la seguridad . Dicho esta perogrullada, cuyo extracto valdría para cualquiera de las epidemias por las que ha pasado la humanidad, debemos no buscar más tres pies al gato. Sé que muchas de nuestras vidas son aburridas, y ese plus de creernos en medio de una conspiración mundial, de un virus artificial, de que somos de los pocos en habernos dado cuenta del engaño, de la plandemia , etc. n

Por un puñado de likes, murieron sin las neuronas puestas

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  Hoy, por desgracia, nuestra vida se reduce a un montón de clics. Estamos apostando todo a una carta, Internet. Al principio guardábamos fotocopias, resguardo de alguna multa, certificados varios, etc. Lo que vienen siendo copias digitales de todas nuestras acciones. Luego, fuimos vendiendo nuestra información, gustos y hobbies a través de Facebook, Instagram o Twitter (por poner los más populares), y por supuesto dónde hemos estado, con quién, y qué hemos hecho, tanto en Internet como en el mundo real. Ahora estamos en un punto en que nos conoce mejor que nuestra madre, pareja o amigos más íntimos. Sabe lo que buscamos, lo que queremos y deseamos, hasta lo más perverso de nuestro ser, y nos lo ofrece aunque no lo necesitemos antes de darnos cuenta. En un futuro, nada le impediría actuar en representación nuestra a partir de todos los conocimientos y normas aprendidas. Hablo, obviamente, de la inteligencia artificial. Según una investigación llevada a cabo entre más de 350 cien