Memento mori

La noche pasada tuve una desagradable pesadilla. Diría que tanto más desagradable por realista. Hay quien dice que si mueres en un sueño es porque lo acaba de hacer tu otro yo, y no de una “buena” forma precisamente, en uno de los tantos universos paralelos.

El caso es que me adentraba por un pasadizo frío, húmedo y oscuro, como aquellos que hay en la Ciudadela de Pamplona y que antaño sirvieron para reconducir a los soldados hacia la fortaleza de la ciudad. Tras atravesar el portón, se abría un pequeño patio nevado que conectaba con un altiplano. Rodeaba a todo una muralla destruida por algún bombardeo, y en ella había amontonados sacos de arena a modo improvisado para mantener de alguna forma la defensa del lugar. Nada más salir al patio, yacía una mujer de aspecto eslavo sentada conversando con sus dos hijas y haciendo caso omiso a mi presencia. Acto después subí por el altiplano y entraba en un cuartel militar, donde varias personas ofrecían respeto a unos cuerpos yacidos boca arriba con la cabeza tapada... 
 
Había mucha gente. La mayoría civiles y algún militar de rango raso dándoles alguna orden. Por alguna razón, yo sabía perfectamente qué hacía ahí. Nunca me lo había siquiera planteado, pero en el sueño yo había ido expresamente al este de Ucrania a ayudar, significara lo que significara eso. El caso es que todo el mundo cogió sus enseres y empezó a marchar para huir de la zona, y sorpresa la mía que yo no llevaba ni un puñetero abrigo. Sentía frío, y algo me decía que si no me matarían las balas lo haría el frío. Pero aún así me puse en marcha también.
 
Un salto en el sueño me puso en la escena caminando en fila junto a los civiles en lo que parecía un edificio en ruinas. No me daban buena espina los ventanales, ya que eran bastantes grandes y estábamos pasando junto a ellos. De pronto, una ráfaga de disparos comenzó a atravesar los dichosos ventanales a un ritmo ensordecedor, y todos nos tiramos al suelo. A muchos ya les alcanzaban. En la cabeza, piernas, … todo empezó a llenarse de sangre y gritos de llanto, el pánico horrible. Algún que otro militar que nos acompañaba profirió algo en ucraniano mientras disparaba, antes de caer también al suelo. Por extraño que parezca, es como si entendiera lo que dijera. Es decir, hablaba en ucraniano, pero podía comprender lo que quería decir: “esta zona es neutral, son unos hijos de puta asesinos”. El miedo que me invadió nunca lo he sentido en vida, al menos de esa forma. Tantas cosas por hacer todavía, tanto que arreglar, y tantas… tantas chorradas de las que me preocupaba que a la hora de la verdad no valieron para nada. También sabía que, siendo tan grandote, iba a ser un blanco fácil y tenía que esconderme. Pero fue demasiado tarde. Primero recibí un tiro en la pierna (joder, lo sentí horrores), y después uno directo a la cabeza. Tras ello, me desperté.
 

 
 Recuerdo que lo primero que sentí fue un grandísimo alivio, seguido de inmediato por una decepcionante conciencia de que no tenía ni puta idea de cómo reaccionar ante una emboscada de ese tipo. Es decir, ¿qué hacer en caso de guerra? ¿Podría “auto-formarme” para proteger a mi familia y sobrevivir a un conflicto armado? ¿Conocimiento básico de primeros auxilios? Sí… vi claro que una formación militar básica al estilo la mili no nos vendría mal para dotar de armas al maldito rebaño indefenso que en realidad somos. 
 
Por lo tanto, os resumo tras varias horas que estuve la mañana tras mi “muerte” alternativa, lo que los expertos consideran fundamental en una situación así:
 
🛟 Si hemos sido advertidos de un conflicto en nuestra zona, averiguar dónde están los refugios y, en caso de disponer de sótano en la vivienda, asegurarse de que se encuentra en buen estado antes de su uso. Cogerse una buena mochila y hacer acopio de agua (2 litros mínimo por persona y día), productos no perecederos (latas de todo tipo), linterna, y medicamentos. Parece perogrullada, pero por eso es tan importante. Deberemos fortalecer además las ventanas de nuestra casa con, por ejemplo, cinta adhesiva, ya que esto ayudará a evitar la dispersión de vidrios rotos. No obstante, lo más recomendable es tapiar las ventanas con sacos de arena o muebles robustos.
 
🛟 En caso de bombardeo repentino y falta de refugio, acostarse en el suelo con la cabeza en dirección opuesta a las explosiones y cubrirse la cabeza con las manos u otros objetos. Para protegernos podremos hacer uso de cualquier saliente como, por ejemplo, una zanja, un cubo de basura de hormigón o unas escaleras. No obstante, debemos evitar escondernos detrás de automóviles o quioscos, ya que a menudo se convierten en el objetivo de los disparos. Dondequiera que esté, su cuerpo debe estar en la posición más segura posible, y la más recomendable es la posición fetal. Asimismo, deberemos cubrirnos la cabeza con las manos y abrir la boca para que, en caso de una explosión cercana, nuestros tímpanos no se vean afectados. Por último, para poder escapar de la zona de forma segura, esperaremos hasta que el tiroteo finalice y no haya disparos durante al menos 5 minutos.
 
🛟 Y, por último, qué hacer con el miedo… Aunque el miedo y la ansiedad son emociones naturales en una situación peligrosa, intentar mantener la mente enfocada en las acciones que debes realizar. Evalúa la situación, toma decisiones rápidas pero racionales y sigue adelante. Para ello ayuda el respirar profundamente: enfócate en tu respiración para ayudar a reducir la ansiedad y calmar tu mente. Toma respiraciones lentas y profundas para ayudar a controlar tus emociones y mantener la claridad mental.
 
He leído que morir en sueños puede reflejar el miedo a la muerte o a la pérdida. El caso es que tras meditarlo bien puede parecer una advertencia. Claro que todos moriremos tarde o temprano, pero lo que nos separa este mismo instante de vida de la nada antes de que naciéramos y a la que volveremos, deja una duda existencial bastante profunda. Básicamente, el para qué hemos venido. Pero esta pedrada ya la dejo para cada uno.
 

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