Un mundo feliz, culto y políticamente correcto
En un mundo abarrotado de todo, bueno y malo, cuesta discernir cada vez más qué es real o verdadero, de lo que no lo es tanto. Y es que ya nos lo adelantó Aldous Huxley en su obra de 1932, “Un mundo feliz”. Nada más lejos de la realidad, hoy en día el acceso a todo tipo de fuentes y recursos, libertad de opiniones, redes sociales o ubicaciones nos ha permitido estar más cerca unos de otros y conocer lo que en todo ello se expresa. Sin embargo, el vacío legal y la falta de rigor en esas fuentes han hecho que los filtros brillen por su ausencia. Las causas son debidas, en su mayoría, a una sociedad hipersensible a lo políticamente incorrecto, a la indiferencia de los científicos para con el público y al colosal beneficio del sensacionalismo periodístico. Proliferan así los más cabrones de la clase, estafadores y aprovechados, que ven en la ignorancia y necesidades de la gente unas oportunidades de lujo para venderles un abanico de chorradas. Pseudomedicinas y productos milagro pr...