Un mundo feliz, culto y políticamente correcto

 En un mundo abarrotado de todo, bueno y malo, cuesta discernir cada vez más qué es real o verdadero, de lo que no lo es tanto. Y es que ya nos lo adelantó Aldous Huxley en su obra de 1932, “Un mundo feliz”. Nada más lejos de la realidad, hoy en día el acceso a todo tipo de fuentes y recursos, libertad de opiniones, redes sociales o ubicaciones nos ha permitido estar más cerca unos de otros y conocer lo que en todo ello se expresa. Sin embargo, el vacío legal y la falta de rigor en esas fuentes han hecho que los filtros brillen por su ausencia. Las causas son debidas, en su mayoría, a una sociedad hipersensible a lo políticamente incorrecto, a la indiferencia de los científicos para con el público y al colosal beneficio del sensacionalismo periodístico.

Proliferan así los más cabrones de la clase, estafadores y aprovechados, que ven en la ignorancia y necesidades de la gente unas oportunidades de lujo para venderles un abanico de chorradas. Pseudomedicinas y productos milagro procedente de gente que dice ser experta en nutrición, agricultura, medioambiente o medicina. No es para menos tal confusión, si todo esto que estoy comentando se puede contemplar en una farmacia. Un sitio supuestamente serio, con personas cualificadas pero en donde se permite vender homeopatía, pulseras energéticas y antibióticos. Ya parece que todo da igual y que se mezcle churros con merinas a la gente se la trae floja mientras les digan lo que quieren oír. Joder, me cabrea que se equiparen esos caramelos con efecto placebo (y además el triple de caros), con productos que llevan detrás años y años de investigación y desarrollo y que realmente han salvado vidas.

Sin duda, la masiva información de la que hablo ha potenciado una sociedad del acoso y la etiqueta. La fachada e impersonalidad, el ver y juzgar sin ser vistos, priman a través de millones de ventanas falsas al mundo, por lo que el culto al cuerpo se ha vuelto algo cada vez más prioritario en la era del selfie. Lejos de cuidarlo por nosotros mismos, por nuestra salud, casi se hace más por los demás, por más likes y comentarios alabadores. La frase de “cada uno es como es” ya es irrisoria en un mundo de dedos punteando y valorando lo que se tiene y aparenta antes que lo que se es. Es en este nicho de la imagen corporal donde yace la mayor mina de oro para explotar. Y, por supuesto, la publicidad y mensajes en cada esquina harán que así siga siendo.

En una sociedad del supuesto bienestar, ajena al duro trabajo de las generaciones anteriores para poner un plato de comida en la mesa, se ha hecho patéticamente exigente respecto a lo que hay que comer, beber, respirar e incluso identificar sexualmente.

Vaya, mi intención no era en un principio soltar tanto rollo, sino apuntar una serie de mitos alimenticios. Una vez más, se me ha ido de las manos. Sin más dilación, allá voy con mi lista políticamente incorrecta (aunque no para vuestra salud y bolsillo):

1. En el ámbito de la medicina, olvidaros de las que no lo son, por muy snob, molonas u orientales que parezcan:

Acupuntura

Angeloterapia

Apiterapia

Aromaterapia

Ayunoterapia

Ayurveda

Biomagnetismo, terapia biomágnética o terapia del par biomagnético

BioNeuroEmoción, psicobiodescodificación o biodescodificación

Biopuntura

Brainspotting

Cirugía psiquica

Comunicación facilitata

Constelaciones familiares

Craneo-sacral o Biodinámica

Cristaloterapia

Cromoterapia

Dianética

Dieta alcalina

Dieta macrobiótica

EMDR (Desensibilización por medio de movimientos oculares)

Flores de Bach

Helioterapia o fototerapia (no confundir con la terapia real con su mismo nombre)

Hidroterapia de colon, hidratación colónica o hidrocolonterapia

Hipnoterapia o terapia hipnótica.

Homeopatía

Iriodología, iriología o iridiología

Iriogenética

Johrei

Medicina antroposófica

Medicina biológica u Homotoxicología

Medicina holística

Método Dorn

Microinmunoterapia

MMS o suplemento mineral milagroso

Moxibuxtión o terapia con artemisa.

Naturopatía

Nueva Medicina Germánica

Odontología biológica y neurofocal

Oligoterapia

Orinoterapia

Osteopatía

Ozonoterapia

Péndulo hebreo

Programación neurolinguística, PNL o NLP

Psicoanálisis

Psicología positiva

Psicología transpersonal

Psicomagia

Quiropráctica o quiropraxia

Reflexología, terapia zonal o acupresión (incluye a la reflexología podal, reflexología palmar, auriculomedicina, etc)

Reiki

Reinformación celular

Renacimiento o rebirthing

Sanación enteogénica

Sanación por arquetipos

Sanación cuántica

Sanación pránica

Scenar o Electroterapia no invasiva

Shiatsu

Suero de anguila

Talasoterapia

Técnica de liberación emocional (EFT)

Técnica metamórfica

Terapia bioenergética, terapia energética o análisis bioenergético

Terapia de vidas pasadas

Terapia Gerson o dieta Gerson

Terapia Gestalt o Terapia humanista

Terapia neural

Terapia ortomolecular, medicina ortomolecular, nutrición ortomolecular o terapia de las megavitaminas

Terapia orgónica o vegetoterapia caráctero-analítica

Terapia quelante

Terapia radiónica

Terapias láser

Thetahealing

Toque terapéutico

Sonoterapia

2. Respecto de la energía, lo siento pero necesitamos energía nuclear que de soporte a las renovables, y ya.

3. Respecto a la alimentación y nutrición, varias cosas:

-Los batidos y zumos de frutas no son tan buenos. Comed mejor fruta que os saciará antes y asimilaréis mejor sus vitaminas y carbohidratos. No maméis con el p** Herbalife.

-¿Carbohidratos he dicho? Por supuesto, es la gasolina de nuestro organismo y lo necesitamos. Consumidlo de fuentes saludables: fruta y verdura, tubérculos, legumbre y, si vienen de cereales (trigo, avena, arroz), mil veces mejor integrales. En este punto, si buscáis un producto 100 % integral, el primer ingrediente de la lista debe ser “harina integral”, “harina 100 % integral” o “harina de trigo integral”. Ningún otro tipo de harina debe aparecer en la lista de ingredientes. Los términos harina de trigo, harina de trigo sin blanquear, multigrano, harina enriquecida y harina de trigo molida a la piedra son formas alternativas de decir “harina blanca refinada”. Obviamente, deberíais evitar las harinas refinadas y, por supuesto, el azúcar blanco.

-Las grasas por sí mismas tampoco son malas. Al igual que con los carbohidratos, consumidlas de fuentes saludables: frutos secos, aguacate, aceite de oliva (también de colza o coco), pescado.

-Proteínas, lo mismo, de fuentes saludables: carne cuanto menos procesada mejor (siempre será más saludable una pechuga de pavo que una mortadela), queso (ídem, mejor un queso fresco que un tranchete o “quesito”) e ídem con el pescado y los huevos.

-Es sencillo, cuanto menos procesado esté un alimento, mejor. Solo se salvan en los supermercados los pepinillos encurtidos y el gazpacho.

4. Respecto al deporte, dejad el gimnasio y poneros a hacer dominadas, flexiones, fondos y buenos esprintes. Para un buen culito, unos hip thrust. Y ya, no os compliquéis la vida. Y, como suplementos si ya sois de élite, únicamente la creatina monohidratada.

5. Respecto a la agricultura, los transgénicos no son malos (más bien necesarios) y lo ecológico no tan bueno (más bien innecesario y no se debería desviar a ello tanto dinero público).

 



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