El Arca Verde de Gatersleben

Hoy he tenido el lujo de poder asistir a un pequeño tour por el banco de semillas del IPK Gatersleben (Genbank), también conocido como “Edificio Vavilov”. El Genbank del IPK alberga una vasta colección de semillas, incluyendo más de 150.000 muestras de diferentes especies de plantas. Estas muestras representan una amplia diversidad genética, desde variedades antiguas y tradicionales hasta especies silvestres y raras. El banco de semillas se esfuerza por conservar esta diversidad genética para asegurar que esté disponible para la investigación científica, el mejoramiento de cultivos y la seguridad alimentaria en el futuro.

Y es que, los cultivos actuales han sido tan domesticados que sin quererlo hemos potenciado sus atributos que tienen que ver con el rendimiento, producción y calidad de las partes comestibles o granos. La energía que sus ascendientes silvestres invertían en defenderse y fortalecer algunas partes no comestibles, la hemos derivado al crecimiento vegetativo o llenado de grano. De los estreses ambientales y de patógenos nos hemos ocupado nosotros a través de prácticas agrarias y tratamientos que “mimen” a nuestros cultivos. Sin embargo, resulta imprescindible no solo salvaguardar las semillas de las plantas actuales y pasadas, sino mantenerlas con vida. Muchas pueden soportar décadas, pero otras apenas 5 años de viabilidad. Ponerlas a germinar y observar atributos de esas plantas y características genéticas únicas es crucial para garantizar la seguridad alimentaria, ya que la diversidad genética permite adaptar los cultivos a nuevas enfermedades, cambios climáticos y otros desafíos. Además de las plantas cultivadas, los bancos de semillas también pueden incluir semillas de especies vegetales en peligro de extinción. Estas colecciones ayudan a salvaguardar la diversidad biológica y contribuyen a los esfuerzos de conservación.


 

El tour de hoy me ha recordado la historia de Nikolai Vavilov, botánico al que debe el sobrenombre el banco de semillas del IPK, y que describí brevemente hace un tiempo aquí. En esencia, lo que los bancos de semillas vegetales es una réplica a lo grande de lo que hizo Vavilov en el siglo pasado. Realizó extensas expediciones botánicas a diferentes partes del mundo, recolectando una amplia variedad de semillas y muestras de plantas. Su objetivo principal era comprender la diversidad genética de los cultivos agrícolas y sus parientes silvestres, siendo pionero en el concepto de los "centros de origen" de los cultivos, identificando regiones geográficas específicas donde se originaron y diversificaron diversas especies cultivadas. Su trabajo estableció las bases para la comprensión de la diversidad genética y su importancia para la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible.

¿No te convenzo? Imagina unas plantas que existen en el monte y están adaptadas a un suelo muy salino. Cuando una empresa que se dedica a comercializar semillas quiere introducir esa capacidad, tiene que obtener esos genes a partir de variedades silvestres, porque es donde se manifiestan.

Vavilov pretendía emplear esta variedad genética para crear cultivos híbridos que pudiesen crecer en cualquier lugar de la Unión Soviética. Sus semillas serían la base de la expansión del imperio. Sin embargo, durante el régimen de Stalin en la Unión Soviética, las ideas de Vavilov fueron cuestionadas y desacreditadas debido a su defensa de la genética mendeliana frente a las teorías de la biología de Lysenko, que tenían un enfoque más ideológico. Vavilov fue arrestado en 1940 y condenado a prisión, donde murió en 1943. 

Los nazis, en cambio, sí apreciaban el trabajo de Vavilov, que reconocían el valor estratégico de los recursos genéticos de plantas que servirían para alimentar a los habitantes del Reich de Hitler, que pretendía abarcar el mundo. Así, en el invierno de 1941-42 intentaron obtener acceso a sus colecciones de semillas en Leningrado, y aprovechar el conocimiento científico y la diversidad genética para sus propios fines. Pero las toneladas de grano almacenadas en los edificios del centro sobrevivieron a los nazis gracias a los esfuerzos de los científicos y personal del instituto, quienes arriesgaron sus vidas para ocultar y proteger las semillas durante la guerra. Dos científicos, A.G. Stchukin y D.S. Ivanov, murieron de inanición rodeados de miles de paquetes de semillas. Y no fueron los únicos. En el exterior, los rusos morían de hambre. He ahí el dilema… pues ese sacrificio permitió que estas valiosas colecciones permanecieran intactas y fueran salvaguardadas para futuras generaciones.

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