Cuaderno de bitácora: a las puertas de 2023

Poco queda para empezar el año 2023, y lo haremos 8.000 millones de humanos, cifra que se alcanzó el 13 de noviembre. Por tanto, el problema del apocalipsis climático no será el clima, sino la superpoblación. Era de esperar que la bomba demográfica generaría grandes problemas de energía, materias primas y alimento. Estamos hartos de oír hablar de reducir emisiones, pero si aumentamos de 8.000 millones a 10.000, aunque bajemos emisiones el conflicto seguirá ahí. Y es un tabú, pues nadie habla abiertamente de reducir población… ¿o sí?

Tener dos hijos por pareja mantiene la población, ya que esos dos hijos en principio seguirán viviendo cuando los padres mueran, sustituyendo la pérdida. Por debajo de dos la población se contrae. Coincidencia o no, sin entrar en conspiranoias, Occidente lidera de lejos el envejecimiento mundial gracias a una serie de medidas y hábitos inculcados a sus ciudadanos dese hace décadas. La educación de las mujeres permitió liberarlas del trabajo exclusivamente doméstico y su rol como incubadoras para dar hijos a las naciones. El necesario empoderamiento femenino ha permitido tener una sociedad más justa, y ha servido de ejemplo para hombres y mujeres de otros países, como el caso actual de Irán en el que se niegan a permitir que las ahorquen si no quieren voluntariamente cubrirse la cara.

Dicho esto, no es menos cierto que la participación cada vez mayor de la mujer en el mercado laboral y su mayor nivel educativo tiene consecuencias negativas sobre la fecundidad. Si algún político o ingeniero social deseara parar en seco el crecimiento de su población, el primer objetivo sin duda sería dotar de empoderamiento a las mujeres a través de mayores oportunidades laborales y educativas. El segundo objetivo para lograr que una pareja no se planteara más allá de dos hijos, sería menguar la economía familiar. Esto debería hacerse de una manera sutil, ya que empobrecer en exceso a los más jóvenes crearía revueltas populares contraproducentes. Asegurar el mantenimiento económico personal, aunque llegue justo, y entretenidos con infinitud de opciones de ocio, sería una buena estrategia para calmar a las bestias. Enlazando con esto último, un tercer objetivo para quitarnos de la cabeza compromisos de, no ya tener más de dos hijos, sino siquiera de desear uno, se trataría de desprestigiar los valores que representa la familia y que la hace permanecer unida. Si crees que jugar a las casitas dedicando tu vida a tu familia se queda corto para tus ambiciones personales, cuanto menos la idea se tornará poco apetecible. Las raíces judeocristianas de Occidente irrigan justo eso, por lo que arrancarlas ayudaría mucho en lograr una crisis de valores y escoger otros. Ahí entran herramientas muy útiles a la vez que persuasivas como las nuevas plataformas audiovisuales para el cine y el entretenimiento que ensalzan a ese humano moderno y ‘libre’. Sería sin duda una gesta imposible para llevar a cabo todo esto de un día para otro, por lo que habría que aplicar los tres objetivos en conjunto, pero de forma gradual. Respecto al primero, nos encontramos ahora rozando el esperpento de los adalides de un malentendido feminismo. Del segundo, una juventud que ya sabe que vivirá peor que sus padres y apenas logra emanciparse, pero a la que no le falta Netflix, Alexa, y un gato en su habitación, creyendo que el mundo le pertenece. Y del tercero, ya son más que evidentes la persecución mediática y polarizada de las creencias religiosas o posturas más conservadoras de los individuos.

Por último, añadir a esta reflexión que para un sistema de producción que aspira siempre al crecimiento infinito, esta transformación de la sociedad (siempre y cuando no se reduzca en exceso) le beneficia: bajos salarios por alta demanda de empleo (más mujeres que quieren trabajar, jóvenes e inmigrantes desesperados), mayor oferta de servicios para asistencia personal (sobre todo de material pornográfico y farmacéutico, sectores titánicos en la economía), y en general una sociedad anestesiada y dividida para una mayor manipulación y maleabilidad por parte del interés externo que sea. 

Fotograma de la animación de Steve Cutts sobre el concepto de Carrera de ratas de Robert Kiyosaki, y sobre el concepto de Condicionamiento operante de Burrhus Frederic Skinner. La búsqueda sin fin de la felicidad, los logros y de la satisfacción. La carrera de ratas retratada como solo Cutts puede hacerlo.
 

Creo que, si alguien lee este post en el futuro y ha estudiado un mínimo de historia, verá que éstos son los hechos en 2022. Los siglos posteriores dirán si esto es un punto de inflexión relevante o no en la historia de Occidente. Como especie, probablemente la población se estanque inevitablemente en un futuro debido al colapso energético y alimenticio, por alguna enfermedad mortal (ahí está la infinitud de virus nunca antes en contacto con nosotros ‘despertando’ de su letargo invernal por el deshielo, o las bacterias superresistentes), guerra nuclear, etc. Lo que sí, la historia ha demostrado que las propuestas y ejercicios de ingeniería social para evitar lo inevitable NUNCA han funcionado. El colapso ‘serio’ de una civilización, tipo extinción maya o mesopotámica, siempre ha sido ecológico. Por fortuna, el ser humano reconoce la verdad cuando está preparado y ahí se hace más fuerte que antes. El tiempo dirá cuándo.

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