La utopía de la democracia

 Mediante la guerra es como una nación crece, ya sea en territorio o en poder económico.

Socialistas, comunistas y simpatizantes de todo el mundo siempre ponen de ejemplo a China de cómo el sistema que dicen defender puede prosperar. Sin embargo, creo que es necesario poner todo en perspectiva y conocer mejor la historia, la economía y, de paso, la naturaleza humana.

Ahora mismo, los dos gigantes que dominan el mundo son Estados Unidos y China. El potente Ejército del que disponen (más disuasorio que otra cosa para cualquier país que no se quiera suicidar), su Economía e influencia Geopolítica no tienen barreras. El problema es que ambos hablan de paz en el sentido de que puedan adueñarse del mundo sin obstáculos. Europa, por el contrario, es visto ya prácticamente como un prestigioso museo. Pese a que su Política sigue influyendo, su Economía está dejando de ser competitiva, y no digamos ya su Ejército. No es de extrañar, pues no es un superestado con noción de estado como EEUU, China o Rusia, sino una maraña de naciones que han tratado de permanecer unidos por conveniencia, pero que a la larga hemos visto cómo el interés de cada miembro ha podido más que el bien común. Lo previsto era que fallaran todas las políticas de migración e integración, que el ejército europeo se convirtiera en una utopía, que florecieran partidos nacionalistas, el Brexit, y un largo etcétera. Europa fue el espejo en el que la mayoría de estados se quisieron ver reflejados para vivir prósperamente, ese Viejo Continente donde nacieron la mayoría de inventos y movimientos que iluminaron el mundo. Pero no salió gratis. Examinando su historia, a mi juicio Europa se pudo ganar la democracia cuando llegó a un punto inflexivo de progreso. Dicho de otro modo, de la manera actual Europa no habría logrado estar donde está si hubiera sido siempre tan democrática.

Sea a través de reyes o tiranos (que generalmente son lo mismo), la mayor parte de la historia del viejo mundo ha estado bañada en sangre. Lo que hoy nos pueda repugnar, antaño era motivo de orgullo y, lo queramos o no, forma parte de nuestra realidad actual que no deberíamos negar. Sea como fuere, lo que unía a las personas y hacía que dieran su vida por el pueblo, a construir enormes edificios que a día de hoy todavía permanecen en pie y nos maravilla que lograsen semejantes hazañas arquitectónicas, o a avanzar a través del planeta para dejar la huella de su cultura, fue el hecho de que cada uno sintiera que formaba parte de algo más grade que él. Eso más grande ha sido durante mucho tiempo la idea de Dios que ha tenido cada nación, pero también la propia nación, la raza, etc. La individualidad de cada persona prácticamente desaparecía para ser parte de un engranaje de esa idea que lo hacía sentirse útil y sin la cual no era nada. Todo país que ha trabajado por una causa que creía sagrada para dejar su huella en el mundo y no ser olvidados ha terminado convirtiéndose en un Imperio, y siempre bajo un único orquestador.

Una vez Europa se acomodó y el humanismo fue concediendo mayor libertad al individuo, los intereses se fueron concentrando más y más en cada uno, aunque nada impide que encuentren algo que le vuelva a motivar a luchar por algo más grande que él mismo. Para la mayoría es su familia, pero poco más.

Lo que ocurre con China es que todavía no siente que se ha acomodado y sigue adicta a su idea del Gran Dragón de Asia y el Mundo. Los chinos se comportan como los europeos de las grandes conquistas, dispuestos a dar su vida por su país, por el sueño de no volver a ser pobres y que el mundo se ría de ellos, por ver el esfuerzo de sus abuelos hecho realidad y de que su grandeza supere los límites de este planeta y alcance las estrellas. Una democracia no puede sostener eso, y no debe extrañarnos que permanezca la dictadura comunista. Da igual el color político, importa la manera en que actúa todo un país: todos a una cueste lo que cueste.

Se dice que los países con libre mercado y que han adoptado el capitalismo han prosperado. Además de los hechos, es absurdo negarlo ya que el ser humano necesita saber que algo es suyo y de ese sentimiento de libertad. Lo que no resulta fácil entender es que esos países liberales lo son porque son democracias, y son democracias porque la educación del humanismo impregnó las mentes de sus ciudadanos y eliminó en gran medida las ideologías que los hacía sentirse el ombligo del mundo. Y, sobre todo, por el miedo a perder lo logrado. Respecto a esto último, oponerse al jefe que lidera el actual modo de actuar en el mundo, como es EEUU, salir del mercado, podría ser como firmar el volver a la Pobreza. Tenemos el ejemplo de Venezuela o Irán, cuyos mandatarios piensan más en ellos mismos y, a diferencia de China, les falta inteligencia y estrategia.

Con esta entrada lo que pretendo es que pensemos con perspectiva la complejidad del mundo y cuestionemos las cosas que nos vienen dadas como verdades absolutas. La historia que se esconde detrás de la Geopolítica actual explica muchas cosas que a priori no vemos pero que luego no debería sorprender a nadie. Y sí, el mundo sigue siendo una jungla y jugar a ser tan buenos y democráticos es una bendición para el individuo, pero por desgracia una declaración de suicidio colectivo si nos olvidamos y despreciamos la raíz que nos une a todos, lo que se hará más evidente a medida que escaseen los recursos. Trump se lo recordó a los americanos y por eso lo alzaron presidente. EEUU conserva buen legado y patriotismo, por eso le quedan aún unos años de dominio mundial. Europa, por el contrario, está siendo poco a poco sustituida por un multiculturalismo que le está haciendo olvidar sus raíces y, antes de derrumbarse por completo y de que se alcen nuevas dictaduras, seguirá apostando por el humanismo interesado de cada individuo en cada país antes. Aunque, no hay que irse muy lejos en el tiempo, pues como bien sabemos ya estamos viendo brotes populares colándose por sus parlamentos. Si Cataluña logra independizarse algún día, dudo que no sea un país próspero como todos vaticinan. Lo más seguro que al principio sí, pero luego ese fuerte sentimiento de idolatría a su tierra hará que luchen por ella, como está haciendo China. Se podrá retrasar, pero es jodido acallar los sentimientos para siempre. Dudo mucho que pierdan el tiempo en miles de opiniones y cortinas de humos en un parlamento casi infinito de partidos como en la débil democracia actual. Cuando hay un objetivo claro, normalmente solo hay uno al mando. 

Sin ser las guerras civiles, históricamente las guerras se han dado entre imperios, naciones o países. Mediante la guerra es como una nación crece, ya sea en territorio o en poder económico. Estos han sido los 5 grandes imperios de la Historia: 

#1. Imperio Británico de la Corona de Inglaterra (siglos XVI a XX, máx. 23 % de la población mundial). 

#2. Imperio Mongol de Gengis Kan (siglos XIII a XIV, máx. 26% de la población mundial). 

#3. Imperio Ruso de los Zar (1721 a 1917; llegando al 9,8 % de la población mundial). 

#4. Imperio Español de los Austrias-Borbones (siglos XV a XIX, máx. 13% de la población mundial). 

#5. Imperio chino de la dinastía Qing (1790 a 1912, máx. 36% de la población mundial).

 

The Course of Empire - Destruction, por Thomas Cole (1836)

 

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