Un poquito de por favor científico

 Un albañil no cree que el moco pega más que el cemento ni lo recomienda a particulares ni colegas de oficio para construir paredes. El dentista tampoco cree que algunos dulces son buenos para el esmalte ni da sobres especiales de azúcar a los niños. En cuanto al científico… Me parece que se está abusando mucho de esa palabra para describir a un enorme grupo de profesionales que muy pocas veces se comportan como tales. Me da la sensación de que es más bien una palabra para nombrar a personas que se hallan en un enorme cajón de sastre que, lejos de ser multidisciplinar para buscar la verdad, se ha convertido— o siempre así ha sido— en una jungla de empujones por publicar a cualquier precio y con visiones demasiado particulares de todo. Como aquel que tiene un martillo y solo ve clavos, todas las ramas científicas tienen el suyo propio.

Por Dios, la ciencia no es algo esotérico que sobrevuela por ahí y que solo los superdotados pueden entender. Ni mucho menos. La ciencia es un método. Un método que permite generar conocimiento y que además se perfecciona constantemente. Cuando por más de 2.000 años todo el planeta seguía los postulados de Aristóteles o la Biblia como verdad absoluta, tipo el mundo tiene 6.000 años de antigüedad o que los objetos se paran porque se cansan, hubo un tipo que lo cambió todo. Galileo Galilei (s. XVI) fundó el método científico tal y como lo conocemos. Una de las muchas genialidades de Galileo consistió en deducir la aceleración de la gravedad. Se fabricó un plano inclinado para dejar caer por él una bola. De esa manera se podía observar claramente cómo un cuerpo coge velocidad a medida que desciende. Así que él introduce el concepto de aceleración.

 

Experimentos de Galileo en planos inclinados. Observó que una bola rodando hacia abajo por uno de los planos subía por el otro aproximadamente a la misma altura. Galileo razonó que la diferencia existente entre la altura inicial y final que alcanzaba la bola se debía a la presencia de la fricción, y postuló que, si la fricción era eliminada completamente, la bola alcanzaría exactamente la misma altura en el plano opuesto.

El método se basa en las 5 pautas básicas a seguir:

1. Observación: Hay que partir inevitablemente de la observación de algo que nos interese solucionar o simplemente saber.

Ejemplo: Mi TV no enciende para Netflix. Presiono el botón de encendido del mando, pero no enciende la pantalla. Presiono directamente el botón de la tele y tampoco funciona. Verifico que el enchufe este correctamente conectado al toma corriente y continúa sin funcionar.

2. Elaboración de una hipótesis explicativa (mejor elabora varias): Con la información que hemos obtenido de la observación, barajamos una serie de explicaciones, a las que llamamos hipótesis.

Ejemplo:

Hipótesis 1: No existe luz eléctrica en la casa o en el dormitorio.

Hipótesis 2: La tele ha sufrido un daño interno.

3. Deducción: Sobre esta hipótesis o teoría se hace necesario extraer las consecuencias que se derivan del hecho de tenerla por verdadera.

Ejemplo:

Deducción hipótesis 1: Si verifico en el medidor de luz, que no esté bajado el interruptor OFF, el problema deberá quedar resuelto.

Deducción hipótesis 2: Si llevo la tele a un técnico especializado, seguro el problema se solucionará.

4. Experimento o verificación: Se montan las condiciones en las que se puedan medir las consecuencias deducidas.

Ejemplo:

Experimento para verificar hipótesis 1: Subo el interruptor y coloco en ON, verifico su encendido, una y dos veces más, pero el resultado es el mismo. En este caso rechazo mi hipótesis 1 y voy a por la 2.

Experimento para verificar hipótesis 2: El técnico revisa los componentes de la tele, para posteriormente encender y probar su funcionamiento. Y sorpresa: Uno de los botones de encendido de la tele, no hacía contacto para el encendido. Ni tampoco funcionaba el infrarrojo receptor de la tele.

5. Conclusiones: De cara a la hipótesis acertada formulada, se exponen todos los resultados de la investigación llevada a cabo.

Ejemplo: Uno de los botones de encendido de la tele, no hacía contacto para el
encendido. Ni tampoco funcionaba el infrarrojo receptor de la tele. La tele
ahora funciona bien; coloqué un regulador de voltaje para evitar otro posible
efecto similar; resolví el problema.

Toda persona que quiera obtener conocimiento, ciencia, debería llevar a cabo estos cinco sencillos pasos. Ni qué decir los científicos “oficiales”, sean del ámbito que sea. Y un rasgo esencial que nos evitaría caer en, llamadlo error, manipulación o lavado de cerebro, es el pensamiento crítico y la observación. Si ya desde ese primer paso nos dejamos llevar por creencias, modas o influencers en esta era del ad youtubium, la habremos fastidiado. No es de extrañar que, pese a vivir en la era con más información de todo a golpe de click, la mitad sean fake news. O por poner otros ejemplos más cotidianos, que muchos médicos recomienden un poquito de alcohol porque es saludable, nutricionistas que recomiendan no saltarse el desayuno por nada del mundo, pediatras que siguen prescribiendo jarabes para la tos a nada que el niño hace cof cof o genetistas que clonan monos simplemente por ver qué pasa. Y no me meto con las universidades que a día de hoy ofertan cursos y másteres sobre pseudoterapias porque me da una embolia. Científicos señores, orgullosamente se venden como científicos.

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