Zhong Zhong y Hua Hua

 Enero terminó calentito. Bajo el pretexto de estudiar enfermedades humanas como el cáncer, China ha logrado clonar, por primera vez en la historia, a dos monos (macacos de cola larga para ser más exactos, Macaca fascicularis):


 Teóricamente, no es difícil si se comprende medianamente el mecanismo celular de todo ser viviente. La polémica está, obviamente, en hacerlo en primos hermanos nuestros (evolutivamente hablando). ¿Seremos nosotros los siguientes? Y si es así, ¿para qué?

Dos respuestas podrían ser: meramente reproductoras, lo cual lo veo absurdo, o con fines terapéuticos, más lógico pero que no está exento también de polémicas y dilemas éticos.

Aunque clonación puede sonar a ciencia ficción de la chunga, como transgénicos o IA, lo cierto es que clonamos seres vivos a diario para nuestro beneficio. Clonar algo es, al fin y al cabo, hacer una copia genéticamente exacta de ese algo. Y si tenemos claro el prototipo perfecto de esos genes, obviamente es tentador hacerlos numerosos. Así, se podrían formar rebaños en los que, por ejemplo, en el caso de la encefalopatía espongiforme (mal de las vacas locas), se hubiera suprimido el gen que produce la proteína del prion, con lo que se evitaría la enfermedad. Del mismo modo, se podrían reproducir animales que produjeran sustancias beneficiosas para combatir enfermedades o los que portaran genes que favorecieran una mejor producción de leche o de carne. O, ¿qué me decís de recuperar especies extintas y/o de evitar que lo estén a partir de unos pocos individuos sanos?

Para entender mejor esto, hace falta recordar cómo es un ser vivo. Los seres vivos se diferencian de la materia inanimada por su capacidad para reproducirse. Mi tortuga, si yace con un tortugo, dará tortuguitas. Mi tostadora en cambio no. Lo que hace posible eso es el ADN, los planos de los que consta toda célula para funcionar y tener descendencia. En los organismos compuestos por muchas células, como nosotros, cabe distinguir las células que forman parte de nuestros órganos y tejidos (células hepáticas o del hígado, cardíacas, musculares, inmunológicas, etc.), de las llamadas seminales (espermatozoides en machos y óvulos en hembras). Lo curioso del ADN celular, en cada célula, es que tiene planos de todo el organismo. Así, una célula de la piel, aunque su ADN le dictará a la hora de reproducirse que lo hiciera como células de la piel, bajo determinadas condiciones podría tener el potencial de dar lugar a cualquier célula del cuerpo. Y esto es así porque todas y cada una de nuestras células partieron de una única, formada de la unión de un espermatozoide y óvulo. Esos planos originales del cuerpo entero que ya había en la célula cigoto o huevo original, se perpetúan en cada división desde entonces. Es como si cada vez que lo hiciera, guardara una copia de seguridad de todas y cada una de las formas celulares del organismo.

Bajo esta premisa, en teoría, cualquier célula aislada y bajo determinadas condiciones podría engendrar a todo un organismo. Y en efecto, así se hizo en 1996 con la clonación de una oveja escocesa adulta llamada Dolly. Lo que se hizo, grosso modo, fue tomar una célula de la glándula mamaria de Dolly, sacarle el núcleo donde yacía su ADN e introducírselo en el óvulo de otra oveja. Lógicamente, a ese óvulo también se le sacó el núcleo para introducirle el de la célula mamaria. Finalmente, el óvulo se incubó en esa otra oveja madre de alquiler y se esperó a que pariera a Dolly, idéntica a, ejem, Dolly. En el caso de Zhong Zhong y Hua Hua, los núcleos seleccionados fueron de células de fibroblastos.

Las aplicaciones terapéuticas emplean el mismo principio, solo que no generan al organismo entero, sino solo a un puñado de células. La polémica de la que hablaba al principio surge también aquí, ya que primeramente hay que crear un embrión. ¿Por qué? Debido a un descubrimiento parejo al de la clonación, investigando precisamente con embriones humanos de pocos días - en el estado de blastocisto-, que es de las células madre de origen embrionario. En ese estado de blastocisto, el embrión es básicamente una esfera compuesta por unas pocas células que darán origen a la placenta, y una masa celular interna (de unas 100 células) que darán lugar al embrión. Esa masa celular interna, el embrión, se puede “cultivar” (destruyendo así al embrión, obviamente), y orientarlas según el medio de cultivo a generar el tipo celular que queramos. Y decía que este descubrimiento tenía que ver con la clonación, porque combinando lo que sabemos que se hizo con Dolly con la capacidad de estas células madre embrionarias para dar lugar a otras células, se podría hacer lo siguiente:

1º. En primer lugar, hacer un clon, un embrión, de la persona enferma (como en el caso de Dolly).

2º. Cuando ese embrión tiene pocos días, en el estado de blastocisto, destruirlo y obtener esa masa celular interna, y conseguir que esas células se diferencien y especialicen hacia el tipo celular del órgano que tiene enfermo el paciente. Pongamos que, si es el hígado, obtener que las células embrionarias den lugar a células de hígado. ¡Y sanas!

3º. Esas células sanas de hígado podrían implantarse en el hígado del paciente, y sanarle al suplantar las células sanas a las enfermas (es el llamado trasplante celular, sin rechazo porque son del mismo ADN del individuo).

 

Proceso simplificado de transplante celular utilizando células madre embrionarias a partir de un solo paciente. [Imagen ABC].

Un ejemplo de la aplicación terapéutica es un caso dado precisamente en España, en Algeciras en enero del 2009. Se trató de un caso de manipulación genética con el fin de salvar la vida de un hermano, enfermo de talasemia. El embrión manipulado al nacer, donó células madre a su hermano que padecía dicha enfermedad. El donante logró salvar la vida de su hermano, que gracias a él ahora tiene más esperanza de vida.

 Las objeciones éticas son obvias porque hay que crear y destruir un embrión. En este post, no me meto con esto porque es de especial sensibilidad y daría para mucho. Sólo diré que para clonar a Zhong Zhong y Hua Hua, los científicos chinos desarrollaron más de 100 embriones de mono, pero solamente obtuvieron seis embarazos, de los cuales nacieron estos dos bebés sanos. Y el argumento ético no parece tener el mismo eco en China (lógico, es que es China...). Los investigadores de la Universidad Médica de Guangzhou soltaron estas perlas:

"Para nosotros, lo más importante es seguir el camino en el que creemos y adquirir derechos intelectuales para no depender de otros. Esa perseverancia asegurará la posición de investigadores chinos en la comunidad internacional".

"Son los pioneros los que hacen las reglas en este campo (…) y el mercado futuro del tratamiento de enfermedades por edición genética es incalculable".

Esto quedó en claro ya en 2016, cuando desde Guangzhou restaron importancia al debate ético generado tras el anuncio de que habían usado la técnica de edición genética CRISPR para inducir una mutación en una célula humana y hacerla resistente al VIH.

Sin duda, China es un test para las teorías universales de ética. Confucionismo creéis, más bien Confucio inventó la confusión.

A día de hoy, en los laboratorios lo que se clona con más frecuencia es un gen u otro fragmento pequeño de ADN, y éstos se utilizan para muchos fines en la biología molecular. Una breve lista de ejemplos incluye:

-Productos biofarmacéuticos. Por ejemplo, una vez que hemos encontrado una colonia de bacterias con el fragmento de ADN adecuado, por ejemplo, porque producen algo beneficioso para el ser humano como la insulina, podemos hacer crecer un gran cultivo de bacterias que contengan ese ADN y recolectar la insulina purificada mediante técnicas bioquímicas para diabéticos.

-Terapia génica. En algunos trastornos genéticos, los pacientes carecen de la forma funcional de un gen en particular. La terapia génica intenta proporcionar una copia normal del gen a las células del cuerpo del paciente. Por ejemplo, la clonación de ADN se utilizó para construir plásmidos que contuvieran una versión normal del gen que falla en la fibrosis quística. Cuando se suministraban los plásmidos a los pulmones de pacientes con fibrosis quística, la función pulmonar se deterioraba más lentamente.

-Análisis genético. En laboratorios de básica investigación, los biólogos suelen usar la clonación de ADN para crear versiones recombinantes artificiales de genes que les ayudan a entender cómo funcionan los genes normales de un organismo.

Insulina humana por desarrollo de técnicas de ADN recombinante. El procedimiento es utilizando las bacterias Escherichia coli como clonadoras en miniatura del gen que produce la insulina humana.

 


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