Por qué sí invertir en exploración espacial

Exploración espacial, ¿sí o no? Con la de hambre que hay en el mundo y demás, por qué no derivar inversiones científicas de aquella a este mal. Mi opinión es sí a la exploración espacial, y no he encontrado nada mejor que este post extraído de Ernst Stuhlinger (naukas.com) para explicarlo, antes de que me dogolléis:

[… creo incluso que al trabajar para el programa espacial se puede hacer alguna contribución al alivio y eventual solución de problemas tan graves como la pobreza y el hambre en la Tierra. En el problema del hambre hay dos funciones básicas: la producción de comida y su distribución…]

[1. … La producción de alimentos por medio de agricultura, ganadería, pesca y otras operaciones a gran escala es eficiente en algunas partes del mundo, pero drásticamente deficiente en muchas otras partes. Por ejemplo, podrían utilizarse mucho mejor grandes extensiones de terreno si se aplicasen métodos eficientes de control de cuencas fluviales, uso de fertilizantes, pronósticos meteorológicos, evaluación de fertilidad, programación de plantaciones, selección de campo, hábitos de plantación, cadencia de cultivos, inspección de cosecha y planificación de recolecciones. La mejor herramienta para mejorar todas esas funciones, sin duda, es el satélite artificial en órbita terrestre. Dando vueltas al mundo a gran altitud, puede explorar grandes zonas de terreno en poco tiempo; puede observar y medir una gran variedad de factores que indican el estado y la condición de cosechas, suelo, sequías, precipitaciones, nieve, etc., y puede enviar esta información por radio a las estaciones de tierra para su buen uso. Se ha estimado que incluso un sistema modesto de satélites terrestres equipados con sensores, trabajando en un programa de mejora agrícola a escala mundial, aumentaría el tamaño de las cosechas en el equivalente de muchos miles de millones de dólares].

[… los requisitos que deben imponerse a los componentes de una nave espacial que viaja a la Luna, en cuanto a alta precisión y fiabilidad extrema, no tienen precedentes en la historia de la ingeniería. El desarrollo de sistemas que cumplan esos severos requisitos nos ha proporcionado una oportunidad única para encontrar nuevos materiales y procesos, para inventar mejores sistemas técnicos, para procesos de fabricación, para alargar la vida de los instrumentos e incluso para descubrir nuevas leyes de la naturaleza…]

[Todo este conocimiento técnico recién adquirido también está disponible para su aplicación a tecnologías terrestres. Cada año, alrededor de mil innovaciones técnicas generadas en el programa espacial se abren camino a las tecnología terrestres, donde producen mejores electrodomésticos y equipos agrícolas, mejores máquinas de coser y radios, mejores barcos y aviones, mejores pronósticos del tiempo y avisos de tormentas, mejores comunicaciones, mejores instrumentos, mejores utensilios y herramientas para la vida diaria].

[2… La distribución de alimentos a los necesitados es un problema completamente diferente. La cuestión no es tanto de volumen de transporte como de cooperación internacional. El gobernante de un país pequeño puede sentirse incómodo ante la perspectiva de recibir grandes envíos de alimentos provenientes de un país grande, sencillamente porque tema que junto con los alimentos esté importando influencia y poder extranjeros. Me temo que un alivio eficiente del hambre no llegará a menos que las fronteras nacionales sean menos divisorias de lo que son hoy. No creo que el vuelo espacial consiga el milagro de la noche a la mañana. Sin embargo, el programa espacial se encuentra entre los agentes más poderosos y prometedores que trabajan en esa dirección].

Ante este segundo problema, el más grave a mi juicio ya que comida hay de sobra y cada día se tiran toneladas de ella, me gustaría añadir un extracto de mi héroe Carl Sagan:

“Las fronteras nacionales no existen cuando uno mira la Tierra desde el espacio. Los fanatismos étnicos y religiosos o los chauvinismos nacionales son difíciles de defender cuando vemos nuestro planeta como una diminuta luz ante la ciudadela de estrellas. Viajar amplía las perspectivas de la mente […] Si queremos sobrevivir como especie tendremos que ensanchar nuestras lealtades nacionales hasta incluir a toda la comunidad humana, todo el planeta Tierra. Muchos de los dirigentes de nuestros países encontrarán esta idea repelente. No querrán perder poder. Nos hablarán de traición y deslealtad. Pero las naciones ricas tendrán que ayudar a las más pobres, porque la elección, como decía H.G. Wells, es el universo o nada”.


 

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